Sobrepeso y obesidad

“El sobrepeso y la obesidad son enfermedades, pero no todo el mundo lo entiende así. Un 40% de los encuestados cree que la obesidad no es una enfermedad sino el resultado de una falta de control”

“Dónde sobre todo se aprende a comer está en el hogar, con el ejemplo y hábitos correctos de toda la familia”

Las personas que padecen enfermedades requieren tratamiento, pero éste no puede limitarse a la administración de medicamentos, sino que también debe tener muy en cuenta el trato personal al paciente y su entorno vital. La obesidad es una enfermedad que afecta a la fisiología de la persona y también a su estética, y la percepción que tiene de sí misma y la que tienen las personas que se relacionan con ella. Quien ya tenga una edad, puede recordar de la escuela primaria o secundaria las bromas, e incluso burlas, que se dedicaban a los compañeros que algunos designaban como “gorditos rellenos”. Desgraciadamente esto no ha cambiado mucho. Una encuesta estatal reciente de la SEEDO (Sociedad Española de Obesidad) ha puesto de relieve que tres de cada cuatro adultos con obesidad se sienten discriminados a causa de su peso, un 74% de los encuestados cree que la sociedad discrimina a las personas con sobrepeso u obesidad, y una parte piensa que las personas gordas tienen menos capacidad para ocupar un cargo directivo. También se evidencia que casi un tercio de los padres que tienen hijos con sobrepeso u obesidad creen que éstos sufren acoso y en algunos casos incluso malos tratos (lo que ahora, para demostrar que sabemos inglés, llamamos bulliyng).

El sobrepeso y la obesidad son enfermedades, pero no todo el mundo así lo entiende. Un 40% de los encuestados cree que la obesidad no es una enfermedad sino el resultado de una falta de control. Hay que dejar claro que, dicho de forma simple, hay “un poco de cada”. Un artículo de la revista Science de agosto de este año sintetiza todas las incógnitas que existen sobre las causas, genéticas y ambientales, de la obesidad. En cualquier caso, la obesidad es un problema creciente que no podemos menospreciar, por sus repercusiones personales, sociales, económicas y de salud pública.

Este mes de octubre se ha presentado el informe HASPO (Humanización de la Atención Sociosanitaria a la Persona que vive con Obesidad), promovido por la Fundación Humans, con sede en Madrid, cuyo objetivo es la humanización de las organizaciones sanitarias, en colaboración con la compañía farmacéutica danesa Novo Nordisk. En este informe, en el que han colaborado el Hospital y el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge, destaca la importancia de abordar la obesidad desde una perspectiva integral y humana que contrarreste la estigmatización y la discriminación, y también se insiste en la formación específica sobre hábitos saludables para la prevención de la obesidad en el ámbito educativo. Debemos recordar, eso sí, que donde sobre todo se aprende a comer es en el hogar, con el ejemplo y hábitos correctos de toda la familia. En el epílogo del informe HASPO se afirma que la obesidad “es una cuestión compleja que puede estar influenciada por factores genéticos, ambientales y sociales, y que la culpa y la vergüenza no son soluciones”.

Como define la OMS, la obesidad es una acumulación anormal o excesiva de grasa que representa un riesgo para la salud física, emocional y social. Hay más de mil millones de personas afectadas en todo el mundo y la tendencia va al alza. En Cataluña, según la Encuesta de Salud de 2022, la mitad de la población de 18 a 74 años tiene exceso de peso –sobrepeso u obesidad– y 4 de cada 10 niños de 6 a 12 años. Por tanto, hay que seguir luchando contra la obesidad teniendo en cuenta, como indica el Departamento de Salud de la Generalidad, la biología humana, las causas genéticas, los determinantes sociales desfavorables (vivienda, educación, trabajo, transporte), la alimentación, la falta de actividad física y el sedentarismo, la falta de sueño, la salud mental, el marketing de alimentos y la estigmado. Todo ello acompañado de un trato correcto, como propugnan los informes mencionados, pero sin mimar demasiado a las personas obesas, estimulandolas positivamente haciéndoles ver que también deben esforzarse en alimentarse correctamente y hacer ejercicio, y no hacer caso de “dietas maravillosas” sino acudir a las publicaciones y entidades científicamente solventes, como, por ejemplo, el reciente de la sonda” (dieta del tubo o nasogástrica) de la Academia Española de Nutrición y Dietética. Otro estudio reciente, indicativo de la importancia de la actividad física, es el que demostra que cánceres relacionados con la obesidad, como el de pecho de la mujer, son menos frecuentes en entornos donde el urbanismo permite y estimula andar. Por tanto, un buen tracto personal, buenos hábitos dietéticos y de actividad física, y un uso prudente de fármacos antiobesidad, ayudarán al benestar ya la salud mental y física de los obesos, siempre en las debidas proporciones según las causas de la obesidad y la respuesta de los pacientes.

Abel Mariné – Profesor emérito de Nutrición y Bromatología / Campus de la Alimentación. UB

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